El terrazo, conocido popularmente en las islas por “granito”, es un material que estuvo muy de
moda en los años 60-70 como pavimento. Rara es la casa de aquella época que no lo tuviera, es más,
en la de muchas de nuestras abuelas sigue ese “piso” tan fácil de limpiar, que esconde de maravilla
las manchas, que no se raya y que es duro como una piedra. ¡No es de extrañar que tuviera tanto
éxito! Sin embargo, hoy en día su popularidad se ha visto mermada, y el terrazo ya no es un suelo o
revestimiento que reciba tantos elogios como antaño. Anticuado, feo, basto, hortera…son algunos
adjetivos que escuchamos de nuestros clientes cuando acudimos a las viviendas a reformar, y lo
único que están deseando es deshacerse de lo que para nosotros es un material con una versatilidad
estética infinita, bella, agradecida, con una personalidad cautivadora y que ha vuelto pisando fuerte,
en tendencia desde hace unos años.
En la actualidad existe un terrazo que se ha modernizado en cuanto a prestaciones, formato y modo
de aplicación. Ahora lo podemos encontrar continuo, como revestimiento para todo tipo de
paramentos: encimeras, escaleras, suelos, mobiliario, … y con una carta de colores infinita.
Somos muy fans, y por ello nuestro compromiso es el de instruirnos en su aplicación y ser una
empresa referente en este precioso material. En julio nos desplazamos a una formación en Bélgica con Bealstone, una experiencia increíble en la que hemos aprendido muchísimo gracias a
Beal Internacional. Les aseguramos que seguiremos hablando de este material, hay mucho que
contar de él, pero por ahora quédense con que en nuestros próximos proyectos no faltará y cuando
vean los resultados, volverán a enamorarse de esta mezcla de cemento y piedras de mármol, igual
que lo hicieron nuestros antecesores.